Logo blanco
Logo
¿Qué necesitas?

¿Sabías qué?: 109 años de la heroica hazaña del piloto Luis Pardo en la Antártica

«Cuando usted lea esta carta, o su hijo estará muerto o habrá llegado a Punta Arenas con los náufragos. No retornaré solo». Luis Pardo, carta a su padre

Hoy se cumplen 109 años desde la asombrosa hazaña de Luis Pardo Villalón, más conocido como el “Piloto Pardo”. Qué hizo y cómo lo hizo es una historia que ameritó que en nuestra comuna de Santiago exista la Escuela Básica F64 nombrada en su honor. Aquí te contamos su historia.

Luis Pardo Villalón nació en 1882 en la ciudad de Santiago, y a los 18 años entró a estudiar en la Escuela de Pilotines, fundada en el año 1890 como formadora de oficiales de la Marina Mercante y que comenzó a operar regularmente en 1893. De esta Escuela se gradúa Luis Pardo como Piloto 3° en 1906, ascendiendo a Piloto 2° en 1910. Con este grado le correspondió enfrentar el evento que marcaría su vida, y la de muchos otros.

En 1914 zarpó desde Plymouth, Inglaterra, la que sería la última gran expedición antártica de la Era de los Descubrimientos, la “Imperial Trans-Antartic Expedition Endurance”, a cargo del Teniente de Reserva Naval y explorador británico Ernest Shackleton, una de las figuras principales del período conocido como la Era Heroica de la Exploración Antártica y un audaz aventurero.

Esta expedición, es reconocida como una de las grandes epopeyas de superación humana en una de las tierras más inhóspitas del mundo. La travesía que comenzó el 8 de agosto, como todas sus ilustres predecesoras, era de gran interés científico y económico. El buque Endurance se detuvo en Buenos Aires y luego en las Islas Georgias del Sur, para partir su último tramo directo al continente antártico el 5 de diciembre. Travesía que es considerada una de las epopeyas más heroica vivida por un grupo de valientes

En la tercera semana de enero de 1915 comenzaron los problemas, y hacia fines de febrero el buque quedó atrapado en un hielo que comenzó a conducir a la embarcación sin rumbo claro hacia el norte. Esta situación perduró durante el invierno, hasta que el hielo terminó por aplastar la nave el 27 de octubre de 1915. La tripulación debió viajar en botes por meses, hasta alcanzar en abril de 1916 la Isla Elefante. Unos días más tarde el teniente Shackleton decidió ir por ayuda fuera del círculo polar, de vuelta a las Islas. Sin embargo, y tras un desvío de cientos y cientos de kilómetros, intentando alcanzar las Georgias o las Malvinas, finalmente terminó en tierra firme, llegando a Punta Arenas. Allí los destinos de Shackleton y Pardo se cruzan, y el primero le pidió a este último asumir el mando de la misión de rescate de la tripulación de la hundida Endurance.

La tripulación de Shackleton llevaba a la deriva más de un año y medio, y con tres intentos fallidos de rescate internacional. Por ello el gobierno chileno recibió una solicitud de ayuda del gobierno británico. Chile respondió positivamente a este llamado poniendo a cargo de la misión de rescate a Luis Pardo, su hombre más experimentado: un marino mercante que navegaba en las aguas australes como si fueran el jardín de su casa.

La expedición de rescate zarpó al mando del Piloto Pardo el 25 de agosto de 1916, en el escampavía Yelcho, un barco ex ballenero que no contaba con lo suficiente para una expedición antártica. Sin perjuicio de la falta de implementos, y de que estaban en pleno invierno antártico, tan solo 5 días le tomó al Piloto Pardo llegar a la Isla Elefante, pudiendo rescatar a toda la tripulación, un glorioso 30 de agosto, y regresó a Punta Arenas aún más rápido, el 3 de septiembre, usando una ruta distinta para su regreso.

La conmoción en la capital magallánica se dejó sentir en seguida, y la noticia del rescate dio la vuelta al mundo precisamente desde el Estrecho que hizo posible las circunnavegaciones. La última gran expedición de la era de los descubrimientos antárticos llegaba a su fin, como un fracaso, pero el trágico desenlace fue evitado por la valentía y determinación de este gran hombre que fue Luis Pardo Villalón.

Pronto después de esta hazaña, en 1916 fue ascendido a Piloto 1°, y se retiró con honores y ampliamente condecorado en 1919. Más tarde fue nombrado Cónsul de Chile en Liverpool, importante puerto inglés, falleciendo de vuelta en Chile por bronconeumonía en 1935.

Además de la escuela que existe en nuestra comuna, el Gobierno de Chile bautizó a las islas más orientales de las Shetland del Sur como “Islas Piloto Pardo”, entre ellas y la mayor de las cuales es precisamente la Isla Elefante. También la Armada tiene un patrullero oceánico nombrado en su honor el OPV-81 “Piloto Pardo”.