«El océano es fundamental para la vida en nuestro planeta y para nuestro futuro. Es una fuente importante de biodiversidad del planeta y desempeña un papel vital en el sistema climático y el ciclo del agua. El océano proporciona una amplia gama de servicios ecosistémicos; nos suministra el oxígeno para respirar, contribuye a la seguridad alimentaria, la nutrición y la creación de empleos y medios de subsistencia decentes, actúa como sumidero y depósito de gases de efecto invernadero y protege la biodiversidad, proporciona un medio de transporte marítimo, en particular para el comercio mundial, constituye una parte importante de nuestro patrimonio natural y cultural y desempeña un papel esencial en el desarrollo sostenible, en una economía sostenible basada en los océanos y en la erradicación de la pobreza» (Declaración política de la Conferencia de las Naciones Unidas, 2022).
El Día de los Océanos se declaró por primera vez el 8 de junio de 1992 en Río de Janeiro en el Foro Mundial, un evento paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida como la Cumbre de la Tierra. Esta Declaración se inspiró en el evento “DÍA DE LOS OCÉANOS EN EL FORO GLOBAL – EL PLANETA AZUL”, organizado por el Instituto de los Océanos de Canadá con el apoyo del Gobierno canadiense:
Canadá continúa impulsando este tema y bajo su liderazgo, Naciones Unidas designa, en la Asamblea General de 2008 (Resolución 63/111), oficialmente el día 8 de junio para celebrar el Día Mundial de los Océanos con el objetivo de concienciar sobre la importancia de los océanos para la salud del planeta y su protección. Esta fecha se celebra por primera vez el 7 de junio de 2009 bajo el lema “Nuestros océanos, nuestra responsabilidad”.
¿Por qué debemos proteger nuestros océanos?
Lo primero que debemos destacar es que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por el agua salada de los Océanos y que esas aguas son fundamentales para la vida del planeta.
El mar se distribuye en cinco océanos: el Atlántico, el Pacífico, el Índico, el Ártico y el Austral o Antártico (éste último fue reconocido oficialmente como océano por el Comité de Política Cartográfica de National Geographic en 2021). Pero, para Angelo Bernardino, oceanógrafo brasileño, es un error pensar que las grandes masas de agua que rodean a los continentes son cosas diferentes: «El océano es un vínculo para la humanidad y todas sus partes están conectadas. No son varios océanos, es un solo planeta oceánico» (National Geographic).
Más allá de su división geográfica, este océano es esencial para la vida humana porque en él se alberga el hogar de la biodiversidad (puede incluso ser más diverso que los bosques terrestres), nos proporciona alimento (alta fuente de proteínas) y el oxígeno que necesitamos para respirar (el 50 % y el 80 % de la producción de oxígeno de la Tierra proviene del proceso de fotosíntesis de las especies del plancton oceánico, según los Centros Nacionales de Ciencias Oceánicas Costeras de Estados Unidos). Nos proporcionan además, otros recursos como hidrocarburos, energía y minerales. Al mismo tiempo regulan el clima absorbiendo gran parte de la radiación solar, el CO2 y distribuyendo el calor a través de las corrientes oceánicas.
Una de estas corrientes de agua, es la Corriente de Humboldt, “uno de los entornos marinos más ricos del planeta, y es el motivo por el que Chile es uno de los diez principales productores de pesquería a nivel global. Este ecosistema provee más de 20 % de las capturas de peces y sostiene más de 1. 000 especies de peces” (The Nature Conservancy, 2020). La corriente Humboldt empuja las aguas profundas, ricas en plancton hacia la superficie, lo cual sirve de alimento a una gran cantidad de animales marinos, lo que la hace ser el ecosistema marino más rico del Planeta.
¿Y quién fue Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander von Humboldt? Un naturalista, zoólogo, geólogo alemán, pionero en el estudio científico sobre la influencia y transformación del clima en las distintas regiones del mundo. Si bien esta corriente que lleva su nombre fue descubierta por el científico español José de Acosta, Humboldt fue quien la describe (Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, 1807)
Hablar del océano puede ser infinito tanto como la riqueza que nos proporciona. Hoy la exploración de sus profundidades sigue siendo un desafío y una importante fuente de investigación científica, lo que es especialmente relevante en la lucha contra el Cambio Climático.
Por ello, el lema de Naciones Unidas para celebrar este día es “Maravillas oceánicas: sostener lo que nos sustenta”. El Día Mundial de los Océanos 2025, será “un año enmarcado en el Decenio de Ciencias Oceánicas de la ONU y la celebración de la Conferencia de los Océanos. Con esta nueva visión, la jornada celebra el asombro que nos inspira el océano: su belleza, su misterio y su papel vital en nuestra vida y en el planeta. Este día nos recuerda nuestra conexión profunda con el mar, y llama a protegerlo mediante decisiones guiadas por la curiosidad, la sabiduría y el compromiso con el bienestar colectivo” (Naciones Unidas, junio 2025).
Este propósito se enmarca en el Objetivo N°14 de los Objetivos para el Desarrollo Sustentable: Vida Submarina. Este Objetivo pretende conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. La existencia humana y la vida en la Tierra dependen de unos océanos y mares sanos.
Esta maravilla del Planeta está en riesgo por efecto del Cambio Climático provocado por el hombre y que está afectando en los océanos generando: El aumento de la temperatura de las aguas superficiales; el deshielo de los polos con el consiguiente aumento del nivel del mar; cambios de temperatura en las corrientes marinas con efectos negativos sobre el transporte de nutrientes y la producción de oxígeno; la acidificación de los océanos, que afecta significativamente a los arrecifes de coral; y cambios en los ciclos oceánicos que potencian fenómenos como El Niño.
Por ello, PROTEGER LOS OCÉANOS, ES PROTEGER NUESTRO FUTURO.