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Las huellas de la Radio en las calles de Santiago.

Las calles de Santiago han sido el escenario del desarrollo de la radiofonía en la ciudad capital, desde la primera transmisión radial y durante el largo período de expansión de este medio, la comuna cobijó en sus calles los estudios de las primeras y principales emisoras del país.

La transmisión que marcó el inicio de la radio en Chile, se efectuó un 19 de agosto de 1922, y tuvo lugar desde un transmisor instalado en el Laboratorio Electrónico de la Casa Central de la Universidad de Chile, ubicada en Alameda entre las calles Arturo Prats y San Diego, edificio declarado monumento nacional y emblema de las instituciones republicanas del país. En presencia de alrededor de doscientas personas, las ondas radiales fueron captadas y emitidas por un receptor montado en el hall del diario El Mercurio, que entonces funcionaba en un edificio emplazado en calle Compañía con Morandé, cuya fachada está conservada y declarada como inmueble de conservación histórica.

Ya en 1923 se formaron las primeras radioemisoras, en marzo de ese año salía al aire radio Chilena, que arrancó con un transmisor pequeño de experimentación y levantó su antena transmisora en el Palacio Aristía situado en la esquina de Nueva York con La Bolsa, posteriormente ubicó sus estudios, hasta su cierre en 2006, en el Pasaje Phillips 40, en el casco histórico de la ciudad, frente a Plaza de Armas. El inmueble forma parte de un complejo de edificios construidos en 1927, que inauguraron la construcción en altura, representando una importante innovación en el desarrollo urbano de la ciudad.

En la década del año 30, el desarrollo de la radio caminó de la mano de la expansión urbana en el país, proceso que cambió la fisonomía de las ciudades, especialmente de la capital, e hizo crecer la necesidad de interconexión y comunicación en todo Chile. En esos años se formaron más de 70 emisoras radiales en Chile, la mayoría en Santiago cuyos estudios se ubicaron en el centro de la comuna. Entre muchas otras, Radio Nuevo Mundo en calle Huérfanos, Radio Agricultura funcionó por tres décadas en el edificio de estilo neoclásico que alberga, hasta hoy, a la Sociedad Nacional de Agricultura, ubicado en Tenderini con Agustinas, luego a fin de los años 70, la emisora trasladó sus estudios a Manuel Rodríguez casi esquina Alameda. Radio Cooperativa, inició sus transmisiones en Santiago en 1935 desde el edificio estilo art deco ubicado en el barrio cívico, frente a la Plaza de la Constitución, que fue sede, hasta su cierre, del diario La Nación.

Desde de los años 30 y hasta los 70, la radio experimentó su mayor despliegue como medio de comunicación con un impacto cultural masivo. Fue la llamada época dorada de la radio, una de sus expresiones fue el auge del radioteatro. En esa época, las radios tuvieron un rol en la conformación del espacio público urbano, fueron un vehículo de cultura, sus estudios contaban con grandes auditorios desde donde emitían espectáculos musicales con público o se ponía en escena el teatro de voz. De ese período, 1954, es el programa “Así canta Violeta Parra” de radio Chilena, donde la compositora y recopiladora entrevistaba a cantores populares y también relataba el contexto de sus propias creaciones musicales. Fue uno de los programas de mayor audiencia en esa emisora.

Una de las principales formas de difusión de los radioteatros eran las transmisiones con público en sus propios auditorios o en salas de teatro asociadas como es el caso del teatro Esmeralda (San Diego con Av. Matta), donde se emitió en 1942 a sala llena, la obra “El hombre que yo maté” de Maurice Rostand, considerado el primer radioteatro realizado en Chile. Muchos años después en los años 80, desde el teatro El Ángel (Huérfanos con San Antonio) y emitido por radio Minería, Ana González repuso el mítico personaje la Desideria del programa de humor Radiotanda, en emisiones con público. El programa nació a comienzo de los años 40 en radio Cooperativa Vitalicia y fue también emitido por las radios Del Pacífico y Portales, convirtiéndose en un fenómeno de audiencia.

Las giras de promoción de las distintas compañías de radioteatro partían muchas veces en el teatro Alameda (Alameda esquina Maipú inaugurado en 1936), continuaban en los teatros América de Plaza Bogotá o Minerva (Chacabuco), todas transmisiones con público.

Además de espectáculos musicales y teatro de voz, en los auditorios radiales se transmitían, con participación de público, programas de corte cultural, tipo concursos de conocimientos como el de radio Minería “La enciclopedia del aire” con Mario Céspedes y Alfonso Stephens  u otros como el programa de radio Corporación “Esta es la fiesta chilena”, que consistían  en representaciones de cuadros rurales costumbristas acompañados de grupos musicales.

Lo más interesante de esta práctica radial, es que eran espectáculos con entrada gratuita, así lo recuerda Miguel Davagnino, destacado locutor, productor y personalidad de la radio, “era una posibilidad para la gente más modesta de estar en contacto con los creadores y artistas que participaban en estos eventos, que duraban aproximadamente entre una o dos horas todos los días. Era un momento de esparcimiento y de aprendizaje” Es el caso, entre otros, del auditorio de radio Minería (Moneda altura del 900) o radio Corporación (Galería Antonio Varas Morandé casi esquina Alameda), con amplia capacidad para 200 o 300 personas u otros más pequeños como el de radio Yungay (Miraflores con Monjitas) o el radio Chilena (pasaje Phillips 40).

La radio fue clave en ampliar y masificar el acceso a la información para amplios sectores de la población, sus noticieros marcaron y marcan la agenda política y cultural del país. A sus 103 años de presencia mantiene su vitalidad y vigencia. En el ecosistema de medios de comunicación ocupa el primer lugar en credibilidad y confianza. Las huellas de su historia y memoria están inscritas en las calles de la ciudad  y se ponen en valor y revitalizan en cada práctica radial que surge en los barrios de la comuna.