Día mundial de la televisión: un medio para la paz, la educación y el desarrollo

Día mundial de la televisión: un medio para la paz, la educación y el desarrollo
Cada 21 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Televisión, proclamado en 1996 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el fin de destacar el enorme impacto de este medio en la vida pública y en la construcción de sociedades más informadas, críticas y participativas.
La fecha recuerda el Primer Foro Mundial de la Televisión, instancia en la que comunicadores, autoridades y expertos debatieron sobre el papel creciente de la televisión en temas esenciales como la paz, la seguridad, el desarrollo económico y social, los derechos humanos y el intercambio cultural.
La declaración de la ONU subraya que la televisión tiene una influencia directa en la toma de decisiones, al visibilizar conflictos, desigualdades, amenazas a la seguridad global y desafíos medioambientales. Por eso, esta efeméride no solo celebra un dispositivo tecnológico, sino que también invita a fortalecer su uso como herramienta pública, capaz de promover valores democráticos, diversidad de voces y el acceso universal a información confiable.
La ONU enfatiza en que la televisión, al igual que todos los medios de comunicación, debe comprometerse con el pluralismo, la libertad de expresión, la diversidad cultural y la veracidad de los contenidos. En una época marcada por la circulación de fake news y la desinformación, este aniversario recuerda la responsabilidad de fomentar una programación que contribuya al pensamiento crítico y al bienestar colectivo, por sobre la llamada “telebasura”, cuyo aporte social es limitado.
Así, el Día Mundial de la Televisión busca promover una cultura mediática responsable: programas que eduquen, que amplíen horizontes, que contribuyan al diálogo social y que acerquen a las audiencias a contenidos culturales, científicos, históricos y comunitarios relevantes. En otras palabras, una televisión que cumpla el rol de informar con verdad, educar con calidad y entretener con sentido.
Un poco de historia:
Aunque la fecha conmemorativa es reciente, la historia de la televisión comienza a fines del siglo XIX, en un contexto de vertiginosos avances tecnológicos y científicos. Luego de un largo proceso, el ingeniero escocés John Logie Baird logró en 1926 las primeras transmisiones de imágenes en movimiento y, hacia la década de 1930, cadenas como la BBC y la NBC comenzaron las primeras emisiones regulares, marcando el nacimiento oficial de la industria televisiva.
Más adelante, la llegada del color, la grabación, el uso de satélites y la masificación de los televisores transformaron este invento en uno de los medios más influyentes del siglo XX.
En Chile, la televisión inició oficialmente el 21 de agosto de 1959, cuando Canal 13, de la Universidad Católica de Chile, realizó su primera transmisión. Le siguieron al día siguiente el canal de la Universidad Católica de Valparaíso y, en 1960, Canal 9 de la Universidad de Chile. Más tarde, en 1969, comenzó a emitir la Red Nacional de Televisión (Canal 7), marcando la entrada del Estado al medio.
Si bien su origen fue universitario y educativo, los intereses crecientes del público impulsaron su rápida masificación. El Mundial de Fútbol de 1962 fue un punto de inflexión: los canales debieron actualizar equipos y miles de familias adquirieron su primer televisor.
Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964–1970), la televisión tomó un papel estratégico como medio de educación, información y cohesión nacional. Canal 13 y TVN se consolidaron como referentes culturales, con programas que marcaron generaciones como “Sábados Gigantes” y las primeras telenovelas de Arturo Moya Grau; y con figuras que pasaron a formar parte de la memoria audiovisual del país.
Hoy, aunque convive con plataformas digitales, la televisión sigue siendo uno de los medios más influyentes, con la capacidad de llegar simultáneamente a millones de personas y contribuir a la construcción de ciudadanía.